Intención del arzobispo para marzo: «Por aquellos que ingresarán a la Iglesia, para que sus corazones estén abiertos a un encuentro divino»
nine. Busca ayuda profesional si es necesario: Si sientes que la comunicación en tu matrimonio es constantemente problemática o hay dificultades más profundas, considera buscar terapia de pareja. Un profesional puede ayudarles a mejorar su comunicación y resolver problemas subyacentes.
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Si hay algo importante en la vida de una pareja es la pasión. Cuando esta se desvanece suele ser porque no hay gustos comunes, ni ganas de hacer cosas juntos en el tiempo libre.
¿Te sientes infeliz en tu matrimonio? ¿Estás insatisfecha o decepcionada de tu esposo? En vez de enfocarte en tu infelicidad, o tratar de ser feliz primero, trata de hacer feliz a tu esposo.
7. Aprende a negociar: No siempre podrán estar de acuerdo en todo, por lo que es importante aprender a ceder y encontrar compromisos mutuamente beneficiosos.
Melody Li, terapeuta matrimonial con sede en Austin, a menudo trabaja con parejas cuyas vidas amorosas han "simplemente desaparecido" después de tener hijos.
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Cuando amas de verdad solo buscas el bien para tu pareja porque al hacerle daño te estás haciendo daño a ti mismo, eso representa dolor. Has de enamorar, edificar y felicitar a tu pareja diariamente.
Mas para que la vida conyugal camine sin tropiezos y pueda alcanzar toda la felicidad que el best del matrimonio cristiano encierra, es necesario también realizar otra condición básica.
Ante todo, el que la mujer tenga que obedecer, no significa que la mujer valga menos que el hombre, que no tenga la misma dignidad y categoría que él. Tampoco significa que la mujer haya de obedecer todos los caprichos y deseos del hombre, aun aquellos que no se pueden cumplir sin humillar la dignidad de la mujer o sin cometer pecado.
Cualquier persona que dice conocer las reglas para un matrimonio feliz visit no tiene un matrimonio feliz. Esa es una verdad universalmente reconocida, o por lo menos debería serlo.
En ocasiones, puede haber sobreabundancia de uno de los ingredientes y escasez de otro. La clave es lograr un equilibrio para que el matrimonio sea un generador de momentos felices, no un obstáculo para la felicidad.
Cuanto llevamos expuesto no basta para garantizar la felicidad de la vida matrimonial. Se necesita otro objeto no menos importante: el crucifijo. Desde luego, entiendo que ha de haber un crucifijo de veras, es decir, físicamente. No sé imaginarme un hogar realmente cristiano en que no ocupe un puesto de honor la señal perenne de nuestra redención; la santa cruz con la imagen de nuestro Salvador.